lunes, 28 de septiembre de 2020

LA PYME HOTELERA ANTE LA PANDEMIA. CONSIDERACIONES PARA EL TURISMO DE LITORAL Y DE INTERIOR

(Publicado en el blog "La Riqueza de las Regiones" de la Asociación Española de Ciencia Regional (AECR). 

El sector turístico en conjunto y en particular su rama hotelera se han visto golpeados con crudeza por la crisis asociada a la Covid-19. Las perspectivas de recuperación más optimistas para la estación estival se vieron esencialmente truncadas y las previsiones de futuro siguen marcadas por la incertidumbre. Así pues, la crisis del sector turístico tendrá un impacto contractivo sobre el conjunto de la economía, lo que ha llevado a algún analista a aventurar incluso que su colapso podría desencadenar una nueva etapa en la crisis (Foroohar, 2020). 

En el marco de esta situación aciaga para el sector se observan algunos fenómenos de interés tanto desde la perspectiva de la demanda, como de la oferta turística. Por un lado, la caída de la demanda turística en el contexto de la pandemia se ha visto acompañada de una cierta reorientación hacia destinos rurales de interior, menos congestionados, frente a las zonas del litoral especializadas en un turismo de sol y playa, tradicionalmente masivo. 

En el lado de la oferta y, en concreto, en el ámbito de la distribución turística, la pandemia ha agravado la crisis que los grandes turoperadores vienen sufriendo en los últimos años, con la quiebra de Thomas Cook en 2019 como manifestación emblemática. La crisis de la Covid-19 se ha sumado así a cambios estructurales en curso en las preferencias y el comportamiento de los turistas. La pérdida de interés por el paquete organizado y el creciente dominio de las herramientas digitales están conduciendo hacia la desintegración del producto turístico y al empleo de canales de comercialización más cortos, a través de la venta directa on-line al turista o la comercialización a través de las agencias de viajes on-line (Booking o Expedia, entre otras) u otras plataformas digitales (por ejemplo, Airbnb) (véase figura). 

Ambos fenómenos -de demanda y de oferta- están conectados, dado que los turoperadores han sido tradicionalmente los grandes canalizadores de los flujos de turismo de masas dirigidos hacia las zonas del litoral español. A este respecto, resultan de interés los resultados de un reciente artículo en el que, bajo el título de “Tour operators and performance of SME hotels: Differences between hotels in coastal and inland areas”, analizamos las diferencias existentes en las relaciones entre los turoperadores y las pymes hoteleras en los destinos de interior y de litoral (Romero, Cáceres Carrasco y Fernández-Serrano, 2020). 

En este trabajo ponemos de manifiesto cómo los turoperadores internacionales presionan a las pymes hoteleras en el litoral para que bajen los precios de sus habitaciones, a la vez que influyen en su inversión en actividades innovadoras, estimulándola. Esta presión sobre los precios es menos intensa para los hoteles en destinos de interior, donde los turoperadores no ejercen una influencia significativa sobre la inversión en actividades innovadoras. Asimismo, el análisis efectuado permite constatar el impacto generado por los turoperadores turísticos sobre los resultados de los hoteles en las zonas del litoral, que se manifesta a través de dos efectos contrapuestos: por un lado, los turoperadores favorecen el crecimiento de las ventas y el empleo en las pyme hoteleras en el litoral, al facilitar su acceso al turista internacional; por otro lado, la dependencia de los turoperadores tiene un impacto negativo en la rentabilidad de la pyme hotelera en las áreas costeras, como consecuencia principalmente de su presión a la baja sobre los precios de las habitaciones. Por el contrario, en los destinos de interior los turoperadores no ejercen una influencia relevante sobre el crecimiento y la rentabilidad hotelera.

La pyme hotelera está siendo una de las más afectadas por la crisis de la Covid-19 debido a al especial impacto que está sufriendo la actividad turística y al escaso margen de maniobra financiero del que disponen en general este tipo de empresas. En este sentido, el sector requiere de apoyo público para salvaguardar su sostenibilidad en el contexto de la pandemia y facilitar su adaptación al escenario post-Covid. A este respecto, las pymes hoteleras en las zonas de litoral y de interior se enfrentan a problemáticas diferenciadas. Las primeras deberán restablecer la confianza del turista internacional y adaptar sus estrategias de comercialización a la crisis de los grandes turoperadores. Por su parte, las pymes hoteleras en zonas rurales de interior deberían aprovechar los elementos de oportunidad que se esconden en la crisis y modernizar sus estrategias de comercialización. En ambos casos, la innovación y la transformación digital serán estrategias clave a fin de mantener el liderazgo de competitividad a escala mundial que España acredita en el sector turístico.


Referencias: 

(1) Foroohar, R. (2020): “Tourism’s collapse could trigger next stage of the crisis”, Financial Times, 2 de Agosto.

(2) Romero, I. y Tejada, P. (2011): “A multi-level approach to the study of production chains in the tourism sector”, Tourism Management, Vol. 32, Issue 2, pp. 297-306.

(3) Romero, I., Fernández-Serrano, J. y Cáceres-Carrasco, F. R. (2020): “Tour operators and performance of SME hotels: Differences between hotels in coastal and inland areas”, International Journal of Hospitality Management, Vol. 85.

(4) World Economic Forum (2019): The Travel & Tourism Competitiveness Report 2019, World Economic Forum, Ginebra. 


jueves, 30 de julio de 2020

CAPITAL HUMANO Y DIGITALIZACIÓN EN LA PYME COMERCIAL

El sector del comercio se enfrenta a una mutación profunda como consecuencia del proceso de transformación digital. El uso de pantallas táctiles y probadores digitales, la interacción con los clientes a través del uso de las redes sociales y aplicaciones para móviles, el empleo de nuevos procedimientos digitales de pago o la aplicación del “big data” son solo algunas novedades que están revolucionando la actividad comercial. Este proceso de transformación se está acelerando además como consecuencia de la crisis de la Covid-19 (como comentamos aquí).

En este contexto, diversas administraciones públicas se están planteando como objetivo apoyar a la pyme comercial en su adaptación a las nuevas circunstancias para favorecer así su viabilidad y mitigar la destrucción de empleo asociada a la crisis que atraviesa el sector. A este respecto, es necesario tener en cuenta en el diseño de estas actuaciones públicas la evidencia disponible sobre los factores que favorecen y obstaculizan la adopción de tecnología en la pyme comercial. Se trata de un aspecto que analizamos en este artículo (junto a Juan Antonio Martínez Román). 

En dicho trabajo estudiamos los factores impulsores de la adopción de tecnología (introducción de nuevo equipamiento técnico e informático y adopción de nuevo software y aplicaciones) sobre una muestra de pymes operando en el sector del comercio al por menor en España. 

El análisis efectuado permitió comprobar que los perfiles personales de los empresarios, tanto en lo que se refiere a las motivaciones para la puesta en marcha o mantenimiento del negocio, como a su bagaje educativo constituyen factores clave que delimitan la capacidad de las pymes para adoptar tecnología. En relación con la motivación empresarial, son los empresarios con motivaciones por oportunidad (frente a aquellos motivados por situaciones de necesidad) los que lideran pymes comerciales con mayor capacidad de adopción tecnológica. En el caso del nivel educativo del empresario, cuanto mayor es este, mayor capacidad de adopción de tecnología muestran las pymes comerciales, como cabría esperar.

La importancia del capital humano como factor clave en estos procesos de transformación tecnológica, se ve avalada también por un segundo resultado en este estudio: aquellas empresas que implementaron actividades formativas para sus empleados tuvieron mayor capacidad de absorción tecnológica.

Asimismo, aquellas pymes que desarrollaron iniciativas de cooperación con otras empresas pudieron adoptar nueva tecnología en mayor medida. Este hecho indica que las limitaciones a las que se enfrentan las pymes derivadas de su reducido tamaño, que les impide beneficiarse de economías de escala, podrían verse mitigadas mediante mecanismos de cooperación empresarial. 

Por otra parte, nuestros resultados sugieren que la adopción de tecnología en las pymes del comercio minorista no se plantea con el objetivo de reemplazar a trabajadores, como a menudo se suele suponer. 

Por lo tanto, las administraciones públicas pueden jugar un papel positivo catalizando los procesos de adopción de tecnología en las pymes comerciales a través del fortalecimiento del capital humano en estas organizaciones. Para ello cobra sentido el apoyo público a acciones formativas y de asesoramiento con un enfoque que estimule la colaboración empresarial. Este tipo de iniciativas parece ser el mecanismo más eficaz para aumentar la productividad y la calidad del servicio en las pymes comerciales tradicionales, promoviendo así la supervivencia e incluso el crecimiento de estas empresas.

Referencia: 
Romero, I. and Martínez-Román, J.A., 2015. Determinants of technology adoption in the retail trade industry – the case of SMEs in Spain. Amfiteatru Economic, 17(39), pp. 646-660.

miércoles, 13 de mayo de 2020

DIGITALIZACIÓN DEL COMERCIO EN TIEMPOS DEL COVID-19

Artículo realizado junto con Pedro de Ahumada Servant y publicado en el diario Expansión (Andalucía) el 07/05/20.


El Covid-19 ha transformado inesperadamente la forma en que vivimos, trabajamos y consumimos. Nuestra sociedad se enfrenta a un cambio disruptivo que dejará huella perdurable en las pautas de producción y consumo, así como en los estilos de vida. Ya en el corto plazo, el confinamiento y el distanciamiento social están acelerando el avance hacia una sociedad digital. 


Las circunstancias actuales están permitiendo confirmar que España dispone de buenas infraestructuras TIC, capaces de dar respuesta a un crecimiento explosivo del tráfico de datos. Sin embargo, la transformación digital no es un proceso meramente tecnológico: su principal protagonista no son los ordenadores, ni las redes, sino las personas. A este respecto, el Digital Economy and Society Index (DESI), elaborado por la Comisión Europea, muestra deficiencias comparativas en las competencias digitales de la población española en el contexto comunitario. 

La gravedad de la situación económica derivada de la pandemia se acentúa en el caso de aquellos sectores, como el comercio, que se ven más afectados por el confinamiento. El impacto de la crisis se agudiza asimismo en esta rama de actividad debido a su atomización empresarial. El 60,5% de las empresas comerciales en Andalucía no tienen empleados y el 35,8% son microempresas con menos de 10 trabajadores. Estas empresas disponen de un limitado colchón financiero para absorber la paralización de su actividad. El comercio aporta un 9.1% del VAB andaluz y más de 460.000 empleos para la economía regional. Una parte significativa de este tejido empresarial está en riesgo. La amenaza afecta con mayor intensidad a la mujer, dado que la representación femenina en el empleo del sector alcanza el 60,4%. 

El reto de la digitalización representa en estos momentos para la pyme comercial una crisis de supervivencia. A este respecto, un estudio reciente elaborado por Angloben Digital Economy muestra que el nivel de digitalización del comercio en Andalucía se sitúa en el 42,9 % de su potencial. Por lo tanto, el sector se enfrenta a esta crisis con un retraso notable en su transformación digital, pero con perspectivas de mejora extraordinarias en dicho plano. 

El potencial de la digitalización como motor de cambio de los modelos tradicionales de negocio en el comercio es formidable y constituye una singular oportunidad. Los comercios locales pueden desarrollar servicios digitales para reducir los obstáculos asociados a las barreras físicas -más limitantes en un contexto de confinamiento y aislamiento social-, simplificar las cadenas de suministro y agilizar la provisión de bienes y servicios. En estos días difíciles, muchos comercios tradicionales se están transformando digitalmente con éxito. En las propias plazas de abastos algunos negocios han diseñado herramientas de pedidos, han contratado personal y multiplicado por cinco sus ventas. La clave en estos procesos es sin lugar a dudas el capital humano y no son pocos los comerciantes que están evaluando con rapidez la situación y aprendiendo a relacionarse digitalmente con sus clientes. 

La crisis del Covid-19 supone un punto de no retorno para la transformación digital del comercio. Las políticas públicas deben acompañar a los comerciantes perspicaces y dinámicos que busquen aprovechar las oportunidades que la transformación digital pone a su alcance, garantizando la viabilidad presente y futura de un tejido empresarial necesario para la economía andaluza.