miércoles, 13 de noviembre de 2024

DIFERENCIAS TERRITORIALES EN LAS COMPETENCIAS DIGITALES DE LA POBLACIÓN EN ESPAÑA.

Entrada publicada en el blog "La riqueza de las regiones" de la Asociación Española de Ciencia Regional.


Las oportunidades y ventajas que brinda la digitalización pueden explotarse adecuadamente solo en la medida en que se cuente con un suficiente nivel de competencias digitales. El fortalecimiento de estas habilidades permite a las personas beneficiarse de estas tecnologías tanto en su vida personal como laboral, además de facilitar su adaptación al cambio digital en curso. Según la definición establecida en el Marco de Competencias Digitales de la UE, la competencia digital implica el uso seguro, crítico y responsable de las tecnologías digitales, así como la interacción con ellas para el aprendizaje, el trabajo y la participación en la sociedad (Vuorikari et al., 2022). 

A este respecto, resulta relevante considerar la posible existencia de brechas en el nivel de competencias digitales en España desde una perspectiva territorial, tanto en términos de diferencias regionales como en función de los niveles de urbanización. A este respecto, el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI, 2024) proporciona algunas evidencias interesantes empleando datos de la Encuesta sobre equipamiento y uso de TIC en los hogares elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y armonizada a nivel europeo por Eurostat.

Gráfico 1. Porcentaje de población con competencias digitales al menos básicas (2023). Total nacional y por CC.AA. (%)
Fuente: Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (2024).

Por una parte, este análisis territorial revela las diferencias en el nivel de competencias digitales que existen entre las regiones de España (Gráfico 1). A este respecto, la ciudad autónoma de Melilla (75,1%) y las CC.AA. de Cataluña (71,7%) y Comunidad de Madrid (71,4%) son las áreas con el mayor porcentaje de población con competencias digitales al menos básicas. En cambio, los niveles más bajos de competencias digitales se observan en Castilla-La Mancha (58,1%), Extremadura (59,9%) y Región de Murcia (61,9%). 

En este sentido, conviene tener en cuenta que España en conjunto muestra una situación relativamente favorable en el contexto europeo en términos de competencias digitales. En concreto, en lo que atañe al porcentaje de población con al menos competencias digitales básicas, la media de la UE se sitúa en el 55,5%, frente al 66,2% del conjunto nacional. Igualmente, todas las CC.AA. españolas, así como las dos ciudades autónomas, muestran porcentajes de población con al menos competencias digitales básicas superiores a la media europea. No obstante, España se sitúa ligeramente por debajo del promedio europeo en otro indicador relevante de talento digital como es el porcentaje de especialistas en TIC sobre el número de empleados (4,8% para la UE y 4,4% para España).

Por otra parte, los datos del INE ponen de manifiesto que los municipios de mayor dimensión tienen, en promedio, un mayor nivel de competencias digitales en su población. Estas diferencias por nivel de urbanización son de un orden de magnitud similar a las que se observan entre CC.AA.. Así pues, entre Cataluña y Castilla-La Mancha existen 13,6 puntos de diferencia en el porcentaje de población con al menos competencias digitales básicas y la brecha se sitúa en 14,9 puntos de diferencia entre los municipios con menos de 10.000 habitantes y los de más de 100.000 habitantes o capitales de provincia.

Gráfico 2. Porcentaje de población con competencias digitales al menos básicas según el nivel de urbanización (2023).

Fuente: Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (2024).

Por lo tanto, para evitar el crecimiento de las brechas digitales territoriales en España (aspecto ya tratado en otras ocasiones en este blog https://aecr.org/es/17404-2/, https://aecr.org/es/la-brecha-digital-empresarial-en-espana-diferencias-regionales-y-dimensionales, https://aecr.org/es/diferencias-regionales-en-la-adopcion-de-la-inteligencia-artificial-por-las-empresas-en-espana/) es preciso elevar las competencias digitales en aquellas CC.AA. que muestran deficiencias significativas en comparativa nacional, así como en las zonas rurales y los municipios de menor dimensión. Este esfuerzo es especialmente necesario ante los nuevos retos asociados al desarrollo de la inteligencia artificial (Mammadov et al., 2024).

Nota: Esta entrada es parte del Proyecto de I+D+I “Factor empresarial, ecosistemas digitales y transformación digital de la pyme” -DIGIPYME- (PID2020-113384GB-I00) financiado por MICIU/AEI/10.13039/501100011033.

Referencias:

Mammadov, H., Ruiz-Gándara, A., González-Abril, L. y Romero, I. (2024). Adoption of Artificial Intelligence in Small and Medium-Sized Enterprises in Spain: The Role of Competences and Skills. Amfiteatru Economic, 26(67), 848-866. https://doi.org/10.24818/EA/2024/67/848
Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (2024). Competencias digitales. Edición 2024, ONTSI, Red.es, Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, doi.org/10.30923/230240064
Vuorikari, R., Kluzer, S. y Punie, Y., (2022). DigComp 2.2: The Digital Competence Framework for Citizens - With new examples of knowledge, skills and attitudes, Publications Office of the European Union, JRC128415, https://doi.org/10.2760/490274

domingo, 22 de septiembre de 2024

DISRUPCIÓN DIGITAL Y PYME

(Publicado en el diario ABC -edición Sevilla- el 6 de septiembre de 2024)

La revolución digital en la que estamos inmersos representa lo que Joseph Alois Schumpeter definiera como un proceso de “destrucción creativa”. Este economista austriaco-estadounidense interpretó la dinámica del desarrollo capitalista como una secuencia de ondas de transformación impulsadas por innovaciones que, por un lado, generan nuevos productos, servicios y mercados y, por otro, acarrean la destrucción de tejido productivo obsoleto ante las nuevas condiciones de competencia. 

La revolución tecnológica en curso, asociada a las tecnologías de la información y las comunicaciones, ha estado marcada por el protagonismo de jóvenes emprendedores “schumpeterianos” que crearon pymes innovadoras. Algunas de estas iniciativas, nacidas en ciertos casos en garajes o residencias universitarias, evolucionarían hasta convertirse en gigantes empresariales a escala global. El espectacular desarrollo de la economía digital ha determinado que, en la actualidad, seis de las diez mayores corporaciones mundiales por capitalización bursátil se encuadren dentro de este sector. Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft y Nvidia ostentan hoy posiciones dominantes en sus mercados, en ocasiones desarrollando prácticas anticompetitivas que perjudican a otras empresas de menor tamaño. El sector digital ha evolucionado así desde una estructura de mercado marcada por la innovación competitiva a otra impulsada por la innovación corporativa en la que los nuevos desarrollos tecnológicos se gestan dentro de grandes corporaciones consolidadas, nacen en nuevas empresas surgidas de ellas (spin-offs) o proceden de pymes independientes que son pronto engullidas por las compañías líderes del sector.

Por otra parte, en su faceta destructiva, muchas tareas, puestos de trabajo y empresas en muy diversos sectores desaparecerán por el impacto de la digitalización. Las pymes, en especial las microempresas, se encuentran particularmente amenazadas por este proceso debido a su falta de cultura digital, a la menor formación en habilidades digitales de su empresariado, sus equipos directivos y su plantilla, o a la dificultad de acceso a los recursos financieros y humanos requeridos para adoptar con éxito las tecnologías digitales. 

Estas nuevas tecnologías generan amplios beneficios en diversos ámbitos de la economía, la ciencia y la sociedad, de los que cabe esperar mejoras en la longevidad y la calidad de vida, entre otros aspectos. Su desarrollo y aplicación no está exento de riesgos y problemas de diversa índole, pero constituye un proceso imparable y tratar de evitarlo resultaría un planteamiento vano y carente de racionalidad, como lo fuera la oposición del movimiento ludista a la mecanización del sector textil en la Inglaterra del s. XIX. Por otra parte, la creación de empleo en nuevas ocupaciones asociadas al desarrollo de la economía digital compensará probablemente el empleo que se destruya en las actividades en retroceso o desaparición. De este modo, según un informe de Microsoft, el 65% de los estudiantes actuales se emplearán en el futuro en profesiones que aún ni siquiera existen.

Sin embargo, la revolución digital conlleva un exigente proceso de ajuste del que resultarán ganadores y perdedores. Por tanto, nos enfrentamos al reto de gestionar la disrupción digital evitando shocks que socaven peligrosamente la estabilidad económica y social. Para ello debemos apoyar la adecuación al nuevo entorno tecnológico de aquellos colectivos y empresas con dificultades especiales de adaptación, así como atender a la situación de aquellos a los que les resulte imposible afrontar el aprendizaje y los cambios necesarios. 

En la economía española las pymes suponen el 99% de las empresas, generando más del 60% del valor añadido bruto y del empleo empresarial. Los empresarios, autoempleados y trabajadores del sector de la pyme engrosan, de este modo, la menguante clase media que articula nuestro tejido social. En el contexto de la nueva ola innovadora asociada al desarrollo de la inteligencia artificial, el mantenimiento de una saludable estabilidad económica y social en las próximas décadas dependerá así de la capacidad de las pymes para abordar con éxito su transición digital. 

Desde esta perspectiva, conviene apoyar a las pymes para que puedan superar las barreras que obstaculizan su digitalización y mejorar su productividad y competitividad gracias a la aplicación de las tecnologías digitales. Favorecer la transición digital de la pyme forma parte, pues, de la necesaria agenda pública que impulse el crecimiento económico y preserve la estabilidad social en los tiempos de la disrupción digital. 

lunes, 25 de marzo de 2024

DIFERENCIAS REGIONALES EN LA ADOPCIÓN DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL POR LAS EMPRESAS EN ESPAÑA.

Entrada publicada en el blog "La riqueza de las regiones" de la Asociación Española de Ciencia Regional.

La aplicación de los avances en inteligencia artificial (IA) generará en las próximas décadas un impacto substancial sobre la productividad y la competitividad de las empresas. La IA puede permitir optimizar los procesos al facilitar el análisis de grandes volúmenes de datos de manera rápida y precisa, identificando patrones, tendencias y oportunidades que de otro modo podrían pasar desapercibidas. Esto permitirá a las empresas tomar decisiones más informadas y eficientes. La automatización de tareas rutinarias y la optimización de las cadenas de suministro contribuirán a reducir igualmente los costes operativos y mejorar la calidad de los productos y servicios ofrecidos. La IA podría favorecer el análisis predictivo y la generación de ideas creativas, estimulando el proceso de desarrollo de nuevos productos, servicios y modelos de negocio. De igual modo, la implementación de la IA traerá consigo oportunidades laborales, asociadas a la demanda de nuevas habilidades como el análisis de datos, la programación de algoritmos y la gestión de sistemas inteligentes, entre otros campos, al mismo tiempo que destruirá otros puestos de trabajo relacionados con tareas que podrán automatizarse. A este respecto, el complejo proceso adopción de la IA por las empresas y los resultados derivados del mismo podrían conllevar asimetrías en el plano espacial que generen un impacto sensible sobre las trayectorias económicas regionales en un futuro próximo. Desde esta perspectiva, resulta interesante observar cuál es la situación actual, en términos de implementación empresarial de la IA, en las distintas Comunidades Autónomas españolas. 


El gráfico que acompaña esta entrada muestra el porcentaje de las empresas españolas (excluyendo a las microempresas con menos de 10 trabajadores) que al inicio de 2023 estaban empleando aplicaciones de IA en sus negocios. Los datos proceden de la Encuesta sobre el Uso de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y del Comercio Electrónico en las Empresas elaborada por el Instituto Nacional de Estadística. Puede observarse en el gráfico que aproximadamente una de cada diez empresas españolas con 10 o más empleados utiliza ya la IA. Este dato global esconde, en cualquier caso, diferencias regionales significativas. Así pues, son cuatro las CC.AA. que se sitúan por encima de la media nacional, mostrando una mayor penetración de la IA en sus empresas. Son los casos de la Comunidad de Madrid, Cataluña, La Rioja y País Vasco. Por el contrario, dejando al margen el caso de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, los territorios con un menor nivel de adopción de la IA en sus empresas son Extremadura, los dos archipiélagos, Cantabria, Murcia y Castilla-La Mancha. De este modo, se abre una brecha regional significativa en la implementación de la IA, como muestra que el grado de penetración de esta tecnología en las empresas madrileñas es más del doble del observado para las empresas extremeñas.


Parte de estas diferencias se encuentra asociada a la estructura productiva sectorial de las economías regionales. En el conjunto de la economía española, el sector servicios es el que muestra un mayor grado de penetración de la IA, seguido de la industria. El comportamiento en el caso de los servicios es atribuible principalmente a los más intensivos en conocimiento. La especialización en servicios avanzados e industria podría explicar, por tanto, el mayor grado de adopción de la IA en los casos de la Comunidad de Madrid, Cataluña o País Vasco. Por el contrario, la especialización turística de Baleares y Canarias parece no beneficiar la implementación de la IA, al igual que la especialización agraria de Extremadura y Castilla-La Mancha. En el caso de la Región de Murcia se manifestarían ambas especializaciones como factores limitantes de la adopción de la IA.


Gráfico. Porcentaje de empresas de 10 o más trabajadores que emplean tecnologías de inteligencia artificial por Comunidades Autónomas (y conjunto nacional) (%). 

Primer trimestre de 2023

Fuente: Encuesta sobre el Uso de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y del Comercio Electrónico en las Empresas, Instituto Nacional de Estadística (2023).


Los datos del INE no permiten analizar la penetración de la IA en las microempresas (entre 1 y 9 asalariados) por CC.AA., pero cabe esperar que existan diferencias regionales relevantes en línea con lo observado para las empresas de mayor tamaño. Las microempresas representan en torno a un 20% del empleo a escala nacional y podrían verse amenazadas por la falta de incorporación en su actividad de los avances de la IA. El INE sí proporciona un dato global de adopción de la IA en las microempresas a escala nacional, situando el porcentaje en un 5,8%, marcadamente por debajo del nivel alcanzado en las empresas con 10 trabajadores o más (9,6%). Este diferencial entre las microempresas con respecto a las pyme y grandes empresas también podría llevar aparejado un cierto efecto espacial adicional, debido a las diferencias existentes en la estructura dimensional del tejido empresarial por CC.AA. De este modo, a título de ejemplo, el porcentaje de microempresas respecto al número total de empresas es cinco puntos porcentuales superior en Extremadura respecto a la Comunidad de Madrid. 


De materializarse las expectativas de impacto de la IA sobre la productividad empresarial, las diferencias regionales de adopción de esta tecnología podrían conducir a un incremento de las disparidades económicas regionales en nuestro país. Por lo tanto, es importante que los gobiernos regionales sean conscientes de la relevancia que tiene el proceso de adopción de la IA en las empresas a fin de impulsar la competitividad empresarial y el crecimiento regional en un marco de convergencia. Asimismo, conviene que las administraciones regionales sean sensibles a las limitaciones específicas a las que se enfrenta el proceso de adopción de la IA en las empresas de menor tamaño, como consecuencia de su más difícil acceso a recursos tecnológicos, humanos y financieros. 


Nota: Esta entrada es parte del Proyecto de I+D+I “Factor empresarial, ecosistemas digitales y transformación digital de la pyme” -DIGIPYME- (PID2020-113384GB-I00) financiado por MICIU/AEI/10.13039/501100011033.