(Esta entrada recoge algunas ideas centrales de mi artículo con la Prof. María José Rodríguez publicado en Comillas Journal of International Relations bajo el título "Sobre la internacionalización de la PYME y su contribución a la imagen exterior de España")
En las últimas décadas la presencia internacional de las grandes corporaciones españolas ha podido contribuir positivamente a una mejor imagen exterior de nuestra economía. A este respecto, se suele interpretar que las grandes compañías actúan como “buques insignia” de la economía nacional.
No obstante, las grandes empresas españolas tienen una presencia global limitada en términos de posicionamiento de sus marcas. Solo la marca Zara se situó entre las 100 con mejor reputación en el mundo en 2013 según el ranking que elabora la consultora Reputation Institute.
Por otro lado, especialmente en Latinoamérica, segundo mayor destino de la inversión española en el exterior, las grandes empresas españolas se enfrentan a una cierta animosidad derivada de factores históricos. En algunos países latinoamericanos la presencia de estas grandes corporaciones en sectores básicos para los consumidores y el sistema productivo (energético, telecomunicaciones, suministro de agua, infraestructuras, banca, etc.) ha podido consolidar en las últimas décadas ciertas percepciones negativas asociadas a la imagen de España.
Asimismo, el proceso de globalización empresarial está dando lugar a grupos transnacionales en los que resulta cada vez más discutible asociar la empresa a una nacionalidad. Este proceso afecta también a las grandes corporaciones españolas que, en algunos casos, muestran una elevada penetración del capital extranjero en su accionariado y obtienen más beneficios, tienen más empleados o invierten más en el extranjero que en la propia España.
En estas circunstancias, cabe preguntarse hasta qué punto siguen siendo “españolas” algunas grandes empresas “españolas”. A título ilustrativo, el propio Presidente de Iberdrola, afirmó en una comparecencia pública en Londres en febrero de 2014: “Somos más británicos, americanos y mexicanos que españoles”, en alusión al peso de cada negocio en las cuentas de la empresa.
En estas circunstancias, cabe preguntarse hasta qué punto siguen siendo “españolas” algunas grandes empresas “españolas”. A título ilustrativo, el propio Presidente de Iberdrola, afirmó en una comparecencia pública en Londres en febrero de 2014: “Somos más británicos, americanos y mexicanos que españoles”, en alusión al peso de cada negocio en las cuentas de la empresa.
Las grandes empresas en muchos casos prefieren proyectarse como corporaciones globales y no identificarse con una marca-país. De este modo, ciertas grandes compañías españolas, en su intento de consolidar marcas globales mundialmente reconocidas y percibidas con atributos positivos, podrían tratar de escapar de posibles percepciones instrumentales negativas asociadas a la imagen-país de España como una economía frágil y periférica en la UE.
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Fuente: Elaboración propia a partir de la Encuesta sobre Estrategias Empresariales (Fundación SEPI, 2014). |
Por su parte, las PYME españolas muestran un nivel de internacionalización por debajo del observado en las grandes empresas; sin embargo, están incrementando significativamente su presencia en el exterior en un proceso que cabe esperar continúe y se fortalezca en los próximos años (véase gráfico adjunto).
En este contexto, la imagen exterior de España puede dejar de gravitar tan estrechamente sobre las grandes corporaciones de origen nacional y quedar vinculada de manera creciente a las PYME. De este modo, podría recaer en estas últimas en el futuro la responsabilidad de mejorar la percepción internacional de la economía española, asociándola a connotaciones de eficiencia económica. Por su propia naturaleza, las PYME se encuentran más estrechamente vinculadas a la marca “España” y dependen también más de ella.
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